viernes, 31 de diciembre de 2010

La pobreza: ¿sabemos exactamente lo qué es y cuáles son sus causas?

Por: Jorge Luis Paucar Albino

En estas fiestas de fin de año, la mayoría de personas se preocupa en hacer todos los preparativos para pasar un agradable momento con sus seres más queridos: comprar regalos, organizar fiestas y reuniones, ir a visitar a los familiares y amigos, etc. Sin embargo, no debemos olvidar que, dentro de nuestra comunidad, también se encuentran personas que, por diversos motivos, no gozan de una buena situación económica y necesitan de nuestra ayuda para poder salir adelante. En este sentido, mucho se ha tocado el tema de la pobreza para poder despertar el sentimiento solidario en cada uno de nosotros, pero ¿En qué consiste exactamente la pobreza? ¿A qué se debe que éste problema persista en nuestra sociedad? ¿Qué aspectos debemos tomar en cuenta para afrontar este problema y disminuir los índices de pobreza? Lamentablemente, en el Perú, la pobreza persiste porque no se han tomado en cuenta las verdaderas causas de este problema y se ha enfrentado esta situación desde una perspectiva equivocada. Por ello, a continuación, se explicarán los motivos por los que existe pobreza en nuestra sociedad con el objetivo de mostrarles una manera diferente de entender a la pobreza que permita resolverlo mediante mejores estrategias.


Ante todo, debemos aclarar que la pobreza es aquella situación por la cual los recursos económicos resultan insuficientes para satisfacer las necesidades básicas de una persona como alimentación, salud, educación, vestido, etc. Además, la pobreza es un problema de tipo económico que afecta a muchas personas en el mundo. Por otro lado, la ética es el conjunto de normas que cada persona se impone a sí mismo, mediante el uso de la razón, para tener la capacidad de regular nuestro comportamiento y de distinguir entre lo bueno y lo malo con el objetivo de hacer posible la vida en sociedad. Además, la ética se basa en el respeto por la dignidad humana y en el reconocimiento del otro. Entonces, podemos afirmar que depende de todos el disminuir los índices de pobreza, ya que está en nuestras manos el cambiar esta situación mediante el uso de la voluntad para ayudar a las personas menos favorecidas.

Como vemos, la pobreza es un problema que nos afecta a todos, ya sea porque algunos son pobres o porque otros se ven en la obligación de hacer algo para revertir esta situación. Sin embargo, para poder acabar con este problema, debemos saber cuáles son las causas de la pobreza. La falta de respeto hacia la persona humana y hacia su dignidad provoca que se utilicen a las personas como medios para lograr un objetivo y no se les aprecie como fines en sí mismos. Esta falta de valoración de la persona trae como consecuencia que se trate a las personas de manera desigual. Es cierto que todas las personas somos diferentes en cuanto a sexo, raza, religión o pensamiento, pero debemos ser tratados de manera igual ante la ley; es decir, ser iguales en deberes y derechos. Sin embargo, solo existe una situación en la cual las desigualdades deben ser aceptadas: según el filósofo político estadounidense John Rawls, las desigualdades solo deberán ser aceptadas cuando se favorezca a los menos afortunados. Es decir, cuando los beneficios estén dirigidos hacia las personas en estado de pobreza. Al existir personas afortunadas y no afortunadas en la sociedad, muchas personas reclamarán justicia. Y, tomando en cuenta que la justicia es, según Aristóteles, darle a cada uno lo que es debido, podemos afirmar que la injusticia es otra de las causas de la pobreza. Por ejemplo, cuando los recursos económicos no son repartidos de manera proporcional a los méritos de cada persona se está incurriendo en un acto injusto y se está provocando que muchas personas, sin merecerlo, se vuelvan pobres. Ante ello, cabe preguntarse: ¿Qué han hecho los pobres para recibir un trato desigual y no gozar de los mismos beneficios que un rico? Pues nada, ya que el haber nacido en una familia pobre no depende de la persona: son cuestiones del destino ajenas a la voluntad.

En conclusión, la pobreza es consecuencia de la falta de respeto hacia las personas, de las desigualdades y de las injusticias que se cometen en nuestra sociedad. Por ello, para acabar definitivamente con la pobreza debemos vigilar para que se respeten a las personas y no sean usadas como medios, se aplique la justicia y se otorgue a cada uno un premio o un castigo por sus actos, se trate a todos por igual sin importar el género, la raza o la religión que tengan y, por el contrario, aquellas desigualdades que existan en la sociedad deberán estar dirigidas hacia el beneficio de los más necesitados. Si nos proponemos hacer todo esto para acabar con la pobreza, quizás no se acabe con este problema, pero definitivamente, los índices de pobreza disminuirán considerablemente.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario